(As Mr. Simpson might have told it to his wife)
Is it you, dear? At last! You’re late, aren’t you? I was beginning to worry. Did you post the letter?
– The letter! You can’t imagine my adventures to post that damned letter of yours! Oh! I’m terribly tired!
– What an extraordinary little husband you are, dear! You only go to post a letter and get involved in adventures! I’ll have to be careful next time and not let you have the opportunity…Ha! Ha!
– If you give me the opportunity, dear, I’ll explain to you the whole affair.
– The affair, now?
– Please, don’t talk nonsense, dear, and listen. I went with the letter to post it, you know…
– Did you do it, at last?
– Please, listen. And don’t be so anxious as it’s a long story. I went … Well, I’ve told you that. The matter is that you gave me it unstamped and I didn’t have any coppers on me, so I had to stop the first pedestrian I met and ask him to lend me threepence…
– Did you have the courage?
– Fortunately, he was one of our neighbours, but he hadn’t either.
– What did you do, then?
– Nothing. He was so polite that took me home to lend me the money and as I didn’t know the way to the Post-Office he also accompanied me, but the automatic stamp-machine was empty…
– Dear me!
– That isn’t all. I dropped your letter face downwards on the pavement and it got mud on it…
– I think you did not bother posting it, did you?
– You are wrong! As I knew your insistence about posting it I went to his home to look for a book of stamps, but it was empty, too.
– I see you weren’t able to send the letter, then.
– Yes, I was! I hurried up not to miss the last collection.
– But, haven’t you told me you failed to get a stamp?
– Please, listen. Our neighbor recommended me the only thing that could be done. I sent the letter unstamped.
– And did you send our invitation to dinner unstamped and full of mud? What an unpractical husband you are! You could have put it under the door, so simply!
– But don’t get angry, dear, the consignee will only have to pay double postage in the morning…
– Did you thank that kind neighbor at least? I wonder who he is…
– That’s the problem. At the end I remembered that he is the person whom our invitation was sent…Ji.ji, because the house of his, where I was twice, had the same address as that on the envelope of your letter… Ji, ji.
– What a stupid little husband you are! You do nothing to help me! You always do wrong things! You’re a useless little man! You are…
TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL
(Como Mr. Simpson se lo hubiera contado a su esposa)
¿Eres tú, cariño? ¡Por fin! Vienes tarde, ¿no? Empezaba a preocuparme.
¿Echaste la carta?
¡La carta! ¡No te imaginas mis aventuras para echar esa maldita carta tuya! ¡Oh!! ¡Qué cansado estoy!
¡Qué maridito tan extraordinario, cariño! Sólo vas a echar una carta y te ves
metido en aventuras. La próxima vez tendré que tener cuidado y no darte la
oportunidad…¡Ja, ja!
Si me das la oportunidad, querida, te explicaré toda la odisea.
¿Y ahora odisea?
Por favor, no digas más tonterías, querida, y escucha. Fui a echar la carta, ya
lo sabes…
¿Y lo hiciste, por fin?
Escucha, por favor, Y no estés tan angustiada porque es una larga historia.
Fui…Bueno, ya te lo he dicho. El caso es que me la diste sin franquear y yo no
llevaba ni un céntimo encima y tuve que parar al primer peatón que me
encontré y rogarle que me dejara tres peniques…
¿Tuviste el valor?
Afortunadamente era uno de nuestros vecinos pero tampoco llevaba.
¿Y qué hiciste entonces?
Nada. Fue tan amable que me llevó a su casa para prestarme el dinero y como
yo no conocía la dirección de Correos él mismo me acompañó, pero la máquina
expendedora automática de sellos estaba vacía…
¡Vaya por Dios!
Y eso no es todo. Se me cayó al suelo tu carta con la dirección sobre el
pavimento y se manchó de barro…
Supongo que ya no te molestarías en enviarla, ¿verdad?
¡Estás equivocada! Como yo conocía tu insistencia en enviarla fui a su casa a
buscar algunos sellos pero no le quedaba ninguno.
Veo que no te fue posible mandar la carta, entonces.
¡Sí que pude! Me apresuré para no perderme la última recogida.
Pero, ¿No acabas de decirme que no conseguiste un sello?
Escucha, por favor. Nuestro vecino me recomendó la única cosa que se podía
hacer. Eché la carta sin sello.
¿Y enviaste nuestra invitación a la cena sin sello y llena de barro? ¡Pero qué
marido tan patético eres! ¡Podrías haberla metido por debajo de la puerta, así
de sencillo!
Pero no te enojes, querida. El destinatario solo tendrá que pagar doble
franqueo por la mañana…
¿Diste las gracias al menos a ese amable vecino? Me pregunto quién será…
Ese es el problema. Al final recordé que se trata de la persona a quien iba
dirigida nuestra invitación…Ji,ji, porque su casa, en la que estuve dos veces,
tenía la misma dirección que la del sobre de tu carta…Ji,ji.
¡Qué maridito más estúpido eres! ¡No haces nada por ayudarme! ¡Siempre
estás cometiendo equivocaciones! ¡Eres un hombrecillo inútil! Eres…